Como estudiante-atleta que trabaja, es importante que pueda concentrarme en mis tareas, lo que da lugar a lo que muchos considerarían una obsesión rayana en la rutina. Recientemente, he descubierto que escuchar música me ha ayudado enormemente a mantener la concentración. Cuando estoy haciendo un trabajo escolar en línea, me pongo unas gafas de luz azul y pongo una lista de reproducción lo-fi adaptada exactamente a los deberes o a la actividad de estudio que estoy haciendo. De esta forma consigo concentrarme continuamente. Cuando estudio sin las gafas o sin música lo-fi, tiendo a distraerme más. Spotify tiene un montón de listas de reproducción lo-fi para estudiar, leer, escribir y mucho más. 

También escucho música para animarme a cocinar poniendo una lista de reproducción que he hecho específicamente para cocinar. La música hace que las tareas cotidianas, como fregar los platos, limpiar la encimera o hacer la colada, pasen mucho más rápido.

La especificidad es la clave. Trabajo como repartidor y consigo concentrarme escuchando a un artista muy concreto durante todo el turno. Cuando escucho una gran variedad de artistas y géneros mientras reparto, tiendo a despistarme y a olvidar las direcciones y los artículos.

La nueva implicación musical que he implementado en mi rutina ha repercutido en mi estado de ánimo general cada día. Todas las mañanas, cuando preparo el café, pongo una lista de reproducción de música suave y hago estiramientos sencillos de yoga. Esto me pone de un humor positivo y relajado. Empezar el día con una rutina que me permite rendir culto y hacer que mi sangre fluya ha supuesto una gran diferencia positiva en mi vida diaria. 

Encontrar una buena lista de reproducción para hacer ejercicio puede ser complicado. La mayoría de la gente quiere algo que les mantenga en movimiento mientras hacen varios ejercicios, pero yo tiendo a quedarme con las listas de reproducción destacadas de Spotify en el género de entrenamiento. Cuando salgo a correr, mi placer culpable es escuchar una lista de reproducción de ejercicios de los años 2000. La nostalgia me transporta a las clases de educación física de la escuela primaria, solo que ahora soy más rápida y tengo un novio al que cantar. 

Averiguar las preferencias musicales de cada uno puede ser un paso en la dirección correcta a la hora de crear una rutina diaria coherente y resulta increíblemente estimulante desde el punto de vista mental.